Cómo sacar el miedo de mi mente

El miedo, ese intruso silencioso que se cuela en nuestra mente y cuerpo, es una emoción tan antigua como la humanidad misma. Está ahí para protegernos de peligros, pero a veces se convierte en un obstáculo que nos paraliza. ¿Alguna vez has sentido cómo el corazón se acelera, las manos sudan, y los pensamientos se enredan en un torbellino de “¿y si…”? Bienvenido al club del miedo, donde todos somos miembros en algún momento de nuestras vidas.

El miedo se manifiesta de muchas formas: un nudo en el estómago, una mente que no para de pensar en lo peor, o incluso en la evasión de ciertas situaciones. Estos síntomas son la respuesta del cuerpo a lo que percibe como una amenaza.

¿Qué es lo que realmente desencadena esos miedos?

A menudo, se originan en situaciones que hemos vivido o en pensamientos que hemos cultivado sin querer. Tal vez sea el temor al fracaso, a no ser suficiente, o a lo desconocido. Estos pensamientos pueden ser tan poderosos que nos hacen evitar oportunidades, tomar decisiones equivocadas o simplemente no actuar.

El miedo, cuando se adueña de nuestra mente, es como un freno de mano puesto en la vida. Nos limita, nos impide tomar riesgos que podrían llevarnos a lugares increíbles. Imagina todo lo que podrías lograr si el miedo no estuviera ahí, susurrándote al oído que no eres capaz. Cada decisión que tomas mientras el miedo está al volante es una decisión basada en la inseguridad, no en el potencial. Es como ver el mundo a través de un cristal empañado: las oportunidades están ahí, pero no las ves con claridad.

¿Cómo librarse de este obstáculo que a veces parece invencible?

La respuesta no es simple, pero una de las mejores maneras de empezar es buscando ayuda profesional. Un psicologo en Lima puede ser el aliado que necesitas para entender de dónde vienen esos miedos y cómo enfrentarlos. Ellos no solo escuchan, sino que te dan herramientas para manejar esos pensamientos intrusivos que te detienen. Con el apoyo adecuado, puedes aprender a ver el miedo como lo que realmente es: una señal, no una sentencia.

Acudir a un psicólogo no es un signo de debilidad, sino de fortaleza. Es reconocer que, aunque el miedo sea parte de la vida, no tiene por qué ser el director de tu orquesta mental. Con ayuda, puedes aprender a desafiar esos miedos, a enfrentarlos y, finalmente, a dejarlos ir.

Dr. RAÚL EDUARDO ESPINOZA LECCA

Psicólogo clínico social de Orientación Logoterapéutica (Centro Psicoterapéutico Logos de Perú, Sociedad para el Avance de la Psicoterapia Centrada en el Sentido de Colombia, Viktor Frankl Institute de Alemania).

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