
Terapia para trastorno de pánico
El trastorno de pánico puede sentirse como una tormenta que llega sin aviso. Esa sensación de peligro inminente, el corazón acelerado, el sudor frío, la sensación de no tener control sobre tu cuerpo o mente. Es una experiencia aterradora y agotadora pero aquí viene la buena noticia, el pánico no define quién eres y existen formas efectivas de controlarlo así como superarlo. La terapia para trastorno de pánico es un faro de esperanza que puede ayudarte a recuperar el control de tu vida.
¿Por qué aparece el trastorno de pánico?
El pánico no surge de la nada, aunque así lo parezca. Puede deberse a una combinación de factores:
- Genética: Algunas personas tienen una predisposición genética que las hace más susceptibles a experimentar ataques de pánico.
- Experiencias traumáticas: Un evento profundamente estresante o traumático puede desencadenar un episodio de pánico, dejando una huella que resurge en momentos inesperados.
- Aprendizaje social: Si en tu entorno aprendiste a reaccionar con miedo extremo ante ciertas situaciones, es posible que esto influya en tus respuestas emocionales.
- Desequilibrios químicos: Cambios en los niveles de neurotransmisores como la serotonina o el GABA pueden desempeñar un papel importante.
Es importante entender que el pánico no es «debilidad» ni «exageración». Es una reacción natural del cuerpo ante lo que percibe como una amenaza, incluso si esa amenaza no es real.
¿El pánico es algo aprendido o natural?
El pánico tiene raíces naturales, es una respuesta primitiva del cerebro diseñada para protegernos del peligro. Cuando el cerebro detecta una amenaza, activa el mecanismo de «lucha o huida», liberando adrenalina para prepararnos. El problema surge cuando este sistema de alerta se activa de forma exagerada o sin motivo aparente.
Por otro lado, el pánico también puede aprenderse. Si, por ejemplo, experimentas un ataque de pánico en un ascensor, tu cerebro podría asociar los ascensores con peligro, lo que genera miedo cada vez que te encuentras en uno.
¿Cómo se puede controlar el trastorno de pánico?
Manejar el pánico requiere un enfoque integral:
- Respiración controlada: Durante un ataque de pánico, la respiración profunda y lenta puede ayudarte a calmar tu sistema nervioso.
- Identificación de pensamientos irracionales: Reconocer cuándo tus pensamientos son exagerados o poco realistas es un paso crucial.
- Ejercicio físico: Mantenerte activo ayuda a reducir el estrés y regular los niveles hormonales.
- Mindfulness: Practicar la atención plena te permite estar presente y disminuir los temores sobre el futuro.
¿En qué consiste la terapia para trastorno de pánico?
La terapia para el trastorno de pánico es un proceso personalizado y efectivo. Algunos enfoques comunes incluyen:
- Terapia Cognitivo-Conductual (TCC): Ayuda a identificar y desafiar los pensamientos irracionales que alimentan el pánico. Con técnicas prácticas, se trabaja en modificar patrones de pensamiento y comportamiento.
- Terapia de exposición: Gradualmente, te expones a las situaciones que temes en un entorno seguro, aprendiendo que no representan una amenaza real.
- Terapias de relajación: Técnicas como la meditación guiada o la relajación muscular progresiva pueden reducir la tensión acumulada.
La clave del éxito está en buscar ayuda profesional. Un psicólogo experto en trastorno de pánico puede diseñar un plan específico para tus necesidades.
Recupera el control de tu vida
El trastorno de pánico puede sentirse como una prisión invisible, pero no estás solo. Con la terapia adecuada, no solo aprenderás a manejar los episodios de pánico, sino que también podrás descubrir herramientas para vivir una vida más tranquila y plena.

Dr. RAÚL EDUARDO ESPINOZA LECCA
Psicólogo clínico social de Orientación Logoterapéutica (Centro Psicoterapéutico Logos de Perú, Sociedad para el Avance de la Psicoterapia Centrada en el Sentido de Colombia, Viktor Frankl Institute de Alemania).
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