En nuestra clínica de psicología, nos enfocamos en brindar terapia especializada y comprensiva para adolescentes que luchan con la baja autoestima. La adolescencia puede ser una época desafiante donde la autoimagen y la autoconfianza pueden ser especialmente vulnerables.
Nuestro equipo de psicoterapeutas altamente capacitados se compromete a proporcionar un espacio seguro y de apoyo donde los adolescentes puedan explorar sus pensamientos y sentimientos, y desarrollar una mayor autoaceptación y autoestima. Usando enfoques modernos e innovadores, trabajamos junto con los adolescentes para identificar las causas subyacentes de su baja autoestima y cultivar una mentalidad más positiva y empoderada.
Ya sea que estén luchando con la autocrítica constante, la comparación social o la falta de confianza en sí mismos, estamos aquí para ayudar a los adolescentes a reconstruir su sentido de valía personal y alcanzar su máximo potencial. Confíe en nosotros para acompañar a su hijo en este viaje hacia una autoestima más sólida y una vida más satisfactoria.
MÁS SOBRE Baja Autoestima
Los tres “autos” básicos que componen la autoestima son: autoconcepto, autoconocimiento y autoaceptación. Cuando alguno de estos falla, la autoestima se ve afectada negativamente.
¿Qué es la autoestima?
Imaginen que estiman mucho a un amigo; es decir, en función de esa “estimación “ hablamos bien de él, lo recomendamos para que le den un puesto de trabajo, tratamos de generarle bienestar en la medida de nuestras posibilidades, no permitimos que los comentarios negativos lo lastimen, o lo protegemos de algún peligro que pueda perjudicarlo. En fin, todo esto lo hacemos porque “estimamos” a ese amigo. Imagínense esta estimación pero a la inversa, en retro hacia uno mismo; entonces, estaríamos ejecutando todas aquellas acciones positivas hacia nuestra propia persona; esto es, engriéndonos, queriéndonos, cuidándonos y eligiendo lo que más “nos conviene” a cada paso del camino; en otras palabras, elegir siempre la salud y el bienestar.
Estas “elecciones” se dan a 2 niveles: prácticos e internos (insight), este último en nuestro fuero privado. Por un lado, un ejemplo de una elección práctica que evidencie una buena autoestima sería por ejemplo cortar de raíz con las amistades tóxicas, es decir, con las personas que en vez de sumar a nuestra vida nos restan. Por otro lado, una elección de tipo interna sería por ejemplo elegir los pensamientos que nos generen mayor bienestar, usar la lógica para no dejarnos autoengañar sesgando información del entorno, sesgo que produce distorsión cognitiva. Como bien se sabe, alejarse de la realidad objetiva siempre trae problemas y conflictos psicológicos.
¿En qué consiste la baja autoestima?
Imagínense que una persona carezca de esta brújula para elegir lo mejor para sí mismo a cada paso del camino , entonces aquella persona viviría en condición de riesgo ya que en principio no tendría capacidad psicoemocional para cuidar de sí mismo, y sus elecciones serían muy dudosas y probablemente negativas para sí mismo, decidiendo sin este “enfoque” lúcido que es el autoestima saludable, y cayendo poco a poco sin darse cuenta, ya que la baja autoestima también baja los niveles cognitivos, empezando por disminuir la concentración.
Una mente no gobernada desde el amor propio es un arca abierta para que entre cualquier cosa negativa, y esto debido a la ausencia de defensas emocionales en la psiquis de aquella persona, dejándola casi siempre en condiciones de riesgo y generando un terreno fértil para toda clase de trastornos y conflictos que finalmente se hacen observables por el estilo de vida que lleva; es decir, una mala elección de pareja, manteniendo muchas veces relaciones tóxicas o permitiendo maltratos; mala elección de un trabajo, es decir, sufren día a día de esa mala elección desarrollando estrés laboral y pesadumbre (no hay amargura más grande que levantarte todos los días para hacer lo que no quieres hacer). Es por eso que es común que las personas con baja autoestima padezcan depresión, el trastorno por antonomasia siempre presente en este tipo de personas.
En síntesis, una buena autoestima y una baja autoestima son los polos que dirigen la vida del sujeto hacia el bienestar y la salud mental o hacia el sufrimiento y el padecimiento de enfermedades mentales.