¿QUÉ ES LA ANSIEDAD?

La ansiedad, ese “estado de agitación, inquietud o zozobra del ánimo”, como lo define el Diccionario de la Real Academia Española (RAE) es, en primer término, una respuesta positiva frente a una demanda del medio ambiente, aunque también existe una ansiedad negativa, la cual es muy probable que tú, que estás leyendo esto, estés interesado en conocer.

No obstante, considero muy necesario que conozcas ambas, puesto que son en esencia la misma, con la importantísima diferencia de la utilidad que tiene para tu vida. Hagamos un ejercicio, allí, donde estás leyendo esto ahora:

Imagina que vas caminando por una calle solitaria, y un perro rabioso sale a tu encuentro, dispuesto a morderte. De pronto, sentirás que tu corazón se acelera (para bombear sangre a todo tu cuerpo y esté listo para usar toda la energía posible ante el peligro), tu respiración se acelera (para oxigenarnos más), tus pupilas se dilatan (para tener una visión más clara de la situación amenazante), empiezas a sudar mucho (para mantener en equilibrio el aumento de temperatura que ha tenido tu cuerpo), y así una serie de respuestas fisiológicas que hacen que el cuerpo esté preparado para tu decisión: LUCHAS o HUYES. El objetivo es mantenerte a salvo, sea que enfrentes la amenaza para vencerla, o sea que huyas y no te haga daño. De esta forma, la ansiedad te ayuda frente a un peligro REAL: el perro rabioso de nuestro ejemplo. Esta es la ansiedad POSITIVA.

Ahora, sigamos imaginando un poco más. Aquella ansiedad positiva te ha ayudado a huir del peligro, y ahora estás a salvo, en tu casa, y le empiezas a contar a un familiar lo que te sucedió. Y a pesar de que estás seguro en casa, y la situación haya pasado hace mucho, el solo hecho de recordarla te hace sentir lo mismo que sentiste cuando sucedió: corazón y respiración acelerados, pupilas dilatadas y sudoración excesiva, miedo, angustia, aunque solo estés recordándolo, aunque el peligro ahora sea IRREAL. No necesitaba activarse tu cuerpo de esa manera. Y es un problema porque la pasas mal, y se repite cada vez que la situación generadora aparece. Esta es la ansiedad NEGATIVA.

¿CUÁLES SON LOS SÍNTOMAS DEL TRASTORNO DE ANSIEDAD?

Para establecer un diagnóstico de trastorno de ansiedad se suele enfocar, primero, y de manera general, en el tiempo que lleva la persona en dicha situación, que suele ser de seis meses a más; sin embargo, en algunos casos puede considerarse un tiempo menor. Por otro lado, en tanto la ansiedad es una respuesta desmedida o inapropiada frente a una situación, corresponde necesariamente al profesional de la salud analizar dicho comportamiento “desmedido”. De ninguna manera una persona, por el solo hecho de leer un manual o información en internet, debe autodiagnosticarse, puesto que cada caso es único y necesita el criterio profesional.

Los síntomas del trastorno de ansiedad suelen ser los siguientes:

• Taquicardia, presión en el pecho, como si tuviéramos un puño apretándonos.
• Sensación de falta de aire.
• Tensión muscular, es decir, como si los músculos se endurecieran.
• Entumecimiento de los músculos.
• Temblor, nerviosismo.
• Ganas de ir al baño.
• Mareos.

 

¿QUÉ TIPOS DE ANSIEDAD EXISTEN? 

En cuanto a los tipos de trastornos, el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-V), establece los siguientes:

Trastorno de ansiedad por separación, en que la ansiedad es generada por el miedo desmedido e inadecuado a separarnos de un ser querido.

Mutismo selectivo, en que la persona no es capaz de hablar en situaciones sociales donde se espera que hable y, sin embargo, puede hacerlo en otras situaciones.

Fobias específicas, cuando la ansiedad es causada por objetos o situaciones específicas, como el miedo desmedido a las alturas, a ciertos animales, a ver sangre, a recibir inyecciones, viajar en avión, entre otras.

Trastorno de ansiedad social o fobia social, cuando la ansiedad se da en situaciones sociales, y está relacionado al temor a ser evaluado negativamente por las demás personas, humillado, avergonzado, ser observado o actuar frente a otros (por ejemplo, a dar una exposición o charla).

Trastorno de pánico, cuando la persona sufre crisis constantemente, apareciendo estas de forma repentina e intensa, produciendo rápidamente los síntomas de la ansiedad. Las crisis de pánico pueden darse dentro del contexto de muchos trastornos de ansiedad, y sirven para medir el nivel de intensidad del trastorno.

Agorafobia, que es el miedo desmedido frente a situaciones como el uso del transporte público, espacios abiertos, sitios cerrados, hacer cola o estar en medio de una multitud o estar fuera de casa solo. Los pensamientos sueles relacionarse al miedo de no tener quien les ayude si les pasa algo malo.

Ansiedad generalizada, cuando la persona experimenta preocupación excesiva por situaciones que percibe muy difíciles de controlar, como en el trabajo en el contexto académico, a partir de lo cual experimenta síntomas como nerviosismo, cansancio, dificultades de concentración, irritabilidad, insomnio, entre otros.

Trastorno de ansiedad inducido por sustancias o medicamentos, está referido a la ingesta desmedida o retiro de medicamentos, siendo la ansiedad una consecuencia a nivel fisiológico de la condición médica de la persona.

¿CUÁL ES EL MEJOR TRATAMIENTO PARA EL TRASTORNO DE ANSIEDAD?

Dado que la ansiedad negativa, que es la que corresponde a los trastornos, es una respuesta frente a una amenaza que no es real, el tratamiento consiste, en primer lugar, en analizar los pensamientos que desencadenan dichas respuestas, para entenderlos y cambiarlos por unos que se acomoden de una manera positiva y verdadera, a la situación real. También, es necesario el entrenamiento en el control de las respuestas automatizadas de la ansiedad, que incluyen el desarrollo de habilidades de relajación, concentración, respiración. 

Finalmente, es necesario hacer frente a las situaciones desencadenantes de la ansiedad, pero empezando de a pocos y avanzando hacia una mayor intensidad, para tener control sobre el aumento de la ansiedad en los ejercicios, y poder llegar a afrontar las situaciones reales con éxito. Es importante señalar que los trastornos de la ansiedad no suelen desaparecer si no se atienden, por lo que es muy importante buscar ayuda profesional.